sábado, 11 de julio de 2009

Agustín Salgado reedita «La Grama»


La novela narra la muerte en agosto de 1936 por los fascistas, de ocho campesinos socialistas y comunistas , de un pueblo de Salamanca, asesinados algunos en el encinar de La Orbada y fusilados otros en las tapias del cementerio salmantino. Sin otro afán que el de dar testimonio de su alevosa muerte y el de recuperar sus nombres para la historia.

Agustín Salgado nunca ha ocultado sus ideas y sus verdades. Ha ido trabajando durante todos estos años en el silencio de las bibliotecas y los archivos, donde ha jugado una inexorable partida de ajedrez con los documentos de aquella época, hasta conseguir el jaque mate perfecto a la infamia y la mentira ocultadas tras muchos años de dictadura.

Para recuperar la memoria histórica de un pueblo, el autor, mediante conversaciones con las personas que sufrieron en sus carnes los acontecimientos aquí narrados y novelados, ha llegado a saber la verdad de quien hizo aquellos disparos en las últimas horas de la tarde de aquel 8 de agosto de 1936 que desencadenó la cruel matanza de ocho campesinos a manos de cuadrillas fascistas.

La Grama fue publicada por primera vez en 1981, de la mano de Plaza y Janés, un mes después del golpe de estado del 23-F, y reeditada en 2001 por Edit. Alcayuela de Salamanca, con una introducción de la Profesora de la Universidad salmantina, María Luisa García-Nieto i Onrubia, de la que anotamos una síntesis de su acertado estudio .

“ Entre La Grama de 1981 y la de la presente edición surgen notables diferencias. La versión inicial era mucho más breve : algunos personajes no habían sido diseñados con el rigor o matices que alcanzan en esta segunda y definitiva edición . El sustrato histórico, en 1981, adolecía de imprecisiones, de zonas oscuras. El telón de fondo aparecía desteñido y velado por la bruma que envolvía los acontecimientos de aquella historia de sinrazón y ceguera .

Pero Agustín Salgado, con paciencia y tesón ha exhumado documentos, mudos pero esclarecedores testimonios del pasado en el Archivo Municipal de Pedroso, con los que el rompecabezas de incógnitas e interrogantes va encajando pieza a pieza. Y ha mantenido conversaciones con personas que vivieron muy en carne viva los hechos novelados. Con este nuevo bagaje , el autor reescriba La Grama , conocedor privilegiado de la verdad de aquellos hechos y notario doliente de la injusticia.

Un disparo en la alameda de El Pedroso sobresalta el aire dormido de la tarde del día 8 de agosto de 1936 . Al pueblo llegan un telegrama expedido en Salamanca y firmado por el Comandante Militar de la placa , General Cabanillas. En él se anuncia la llegada de los cuadrilleros azules de la muerte que harán su aparición al amanecer del día nueve.

Y llega el vendaval destructor hasta la tierra agrietada de Pedroso, cuando los representantes de la sacrosanta tradición taponan las salidas del pueblo y éste queda convertido en una jaula, en trampa mortal, para que los cazadores de izquierdistas, con el sol del nuevo día en la cara, puedan apresar a sus víctimas. En la tarde, el camión, con su carga de hombres camino del matadero, va dejando atrás las casas de Pedroso, y los caminos, y los campos segados, y las familias. Y la vida entera. Obligados por sus verdugos, los campesinos van entonando el réquiem más triste jamás cantado, impuesto canto mortuorio, preludio del cercano desenlace. La tensión dramática va aumentando a medida que se desgrana el funerario cántico, merced a la técnica narrativa utilizada que intenta reproducir la angustia creciente de los presos y la del propio escritor.

Ya en la atardecida, otros disparos rasgan el reposo sosegado del encinar de La Orbada, pueblecito cercano a Pedroso. Y allí quedan rotos los cuerpos de cuatro campesinos de izquierdas. Otros cuatro serán fusilados contra las tapias del cementerio de Salamanca .

El mensaje nos llega a través de un lenguaje que el novelista no aprendió en los libros. Fue su vehículo comunicativo desde la infancia, bebido y paladeado directamente en el manantial del medio rural -en el que nació y vivió, y aún vive– en ese rico caudal de matices del léxico de los pueblos castellanos.

Absolutamente nítido se nos revela el título de la novela, que brota varias veces a lo largo de las páginas: la grama , de tallo rastrero se identifica simbólicamente con el odio. El odio, siempre, sembrado en los entresijos de los hombres, devastador y asesino. El odio desbordado en Pedroso, en España entera ,en un país donde los tañidos de campanas se oyeron durante mucho tiempo.

Aquel largo tiempo de piedra, con toda la noche en los ojos y silencio en el alma. “

El 4 de junio de 1978 se recuperaban del encinar de La Orbada (Salamanca) los restos de los cuatro campesinos asesinados. Fueron enterrados en el cementerio de El Pedroso, Los cuatro restantes, fusilados en el cementerio de Salamanca , fueron a dar a una fosa común.

En el pasado verano del 2007, y promovido por la Fundación para la recuperación de la memoria, que preside el catedrático de la Universidad de Salamanca, don Santiago López, fue colocada una placa con los nombre de los centenares de salmantinos fusilados y enterrados en la fosa común. Al acto asistimos varios cientos de personas, entre los que se hallaban hijos y nietos de los asesinados y fusilados. Sólo una profunda emoción y el intenso recuerdo hacia aquellos hombres, socialistas y comunistas, que lucharon por una España más justa, más digna, más libre.

Breve biografía de Agustín Salgado

Agustín Salgado nace en Arabayona (Salamanca). Cursa bachillerato en los Hermanos Maristas y fray Luis de León (Salamanca) para acabar siendo Licenciado en Filología Hispánica. Su casa de Arabayona y la ciudad de Barcelona comparten actualmente su residencia.

Sus primeros relatos aparecen en Ínsula (Madrid). En 1969, a raíz de la prohibición por censura de su relato «Las palabras y las moscas» comienza a publicar en México, en la Revista El Cuento, en la que ve la luz el relato prohibido.

LIBROS PUBLICADOS

Poesía:

La señal de las palabras (1969)

La espiga y el barro (1972)

Poemas de otoño (1998)

Relatos:

El ábrego y otros vientos (Méjico, 1972)

Memorial de vientos (1991)

El habitante del aire y otros prodigios (2002)

Novela:

Trilogía: Las Tierras

Tierra desolada (1974)

El Horcajo (1976)

Las brasas (1976)

La Grama (1981, 2001, 2008)

Actualmente esta novela ha sido reeditada por Ediciones Dédalo en su versión revisada y definitiva. Es autor a su vez de varios ensayos históricos, y tiene en preparación el libro El Pedroso y el Censo Perpétuo de Gonzalo de Ovalle y Ana de Solís.

PREMIOS

Premio De Cuentos Caja de Ahorros de León (1972)

Premio Cáceres de novela corta (1974) con la novela Tierra desolada, publicada bajo silencio administrativo después de estar prohibida enteramente por la censura.

I Premio Iberoamericano de Cuentos (Méjico, 1975) con Las apariciones.


Artículo publicado por "La Voz de Salamanca" el 22 de Enero de 2008.

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